Alemania estrena nuevo aeropuerto en su capital: Berlín-Brandeburgo (BER) cuenta con capacidad máxima para 27 millones de pasajeros

El Aeropuerto de Berlín-Brandeburgo Willy Brandt es el nuevo nombre del aeropuerto de Berlín-Schönefeld tras haberse concluido las obras de ampliación de las terminales y las pistas, en el espacio que comprende una superficie total de 1.470 hectáreas. Su inauguración se produjo el 31 de octubre de 2020 y, a pesar de un contexto particular para la actividad aérea debido a la crisis sanitaria por coronavirus, comprende una obra muy esperada por la región.​

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Alemania estrena nuevo aeropuerto en su capital: Berlín-Brandeburgo (BER) cuenta con capacidad máxima para 27 millones de pasajeros

Así, tarde pero seguro, Alemania celebra la inauguración de su nuevo aeropuerto situado en la ciudad de Berlín. La terminal aérea Berlín-Brandeburgo (BER, abreviación con la cual se lo identificará según el código de IATA) abrió sus puertas el pasado 31 de octubre y esperan que, desde los primeros días de noviembre ya opere con total normalidad. 

Con una capacidad máxima para unos 27 millones de pasajeros, el aeropuerto Berlín-Brandeburgo llegará para dar un respiro a los obsoletos y colapsados aeropuertos de Tegel y Schönefeld, gestados en los albores de la Guerra Fría. Aquellos aeropuertos necesitaban ser reemplazados por una construcción más moderna y contemporánea, por lo que la intención de construir un nuevo sitio comenzó a mediados del año 2011.

Debido a obstáculos por la obtención de permisos, autorización para las obras y más escándalos de los deseados, el anhelo de un nuevo aeropuerto estuvo en suspensión durante casi una década. Tras años de idas y vueltas, The Airport Company finalmente anunció a finales del 2017 que el aeropuerto de Berlín-Brandeburgo abriría en octubre de 2020. Y, efectivamente, así fue… Aunque por aquel entonces no hubieran imaginado que una pandemia afectaría la prestación de la actividad aerocomercial en casi todo el mundo.

Quizás en recompensa de todo el tiempo demorado hasta su concreción, el nuevo aeropuerto de Berlín-Brandeburgo resulta un atractivo en sí mismo, algo asombroso para conocer debido a sus proporciones astronómicas: cuenta con una superficie total de 1.470 hectáreas, algo así como suponer unos 2.000 campos de fútbol.

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Por su parte, las nuevas terminales T1 y T2 están ubicadas entre dos pistas de despegue y aterrizaje paralelas entre sí y pueden ser operadas de forma independiente debido al desnivel lateral de 1.900 metros que las separa.

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El área más amplia del BER, y también la más actualizada, es la Terminal 1. El edificio, en mitad de las dos pistas de despegue y aterrizaje, fue diseñado por gmp Architects Gerkan, Marg y socios. Además de una estructurada fachada y sus formas geométricas, en el interior de la terminal se pueden encontrar elementos arquitectónicos que van desde Schinkel hasta Bauhaus.

Además, entre sus instalaciones reúne unos 118 mostradores, y se destaca la presencia de máquinas de autochecking, 36 líneas de control de seguridad y cinco adicionales para pasajeros en tránsito. Pero eso no es todo: esta parte del aeropuerto incluye una enorme área de 20.000 metros cuadrados destinados al ocio, con una amplia variedad de servicios donde encontrar más de 100 tiendas, restaurantes e instalaciones de servicio. 

Sin embargo, las terminales T2 y T5 tampoco se quedan atrás en cuanto a sorprender a los viajeros: sus instalaciones de servicios comprenderán desde una cafetería, una panadería, varias tiendas con servicio de comida para llevar, una librería, una tienda de prensa y hasta una tienda de souvenirs. En la Terminal 5, y tras cruzar el control de seguridad, los pasajeros tienen acceso a las tiendas libres de impuestos y a las instalaciones de comida y bebida.

Además de excelencia y calidad de servicio, el aeropuerto de Berlín-Brandeburgo es, ante todo, un intento de apuesta ecológica: debido al cierre de un aeropuerto y el hecho de que la infraestructura existente del aeropuerto de Schönefeld se integre en el BER, el tráfico aéreo de la región se concentrará en un solo lugar.

Ante esto último, esperan alcanzar un equilibrio ecológico positivo respecto a términos de contaminación acústica como de congestión del tráfico, en comparación con el actual sistema de aeropuerto fragmentado basado en la división histórica de Berlín.

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