La Inteligencia Artificial lo predijo: Barbie haciendo turismo en Argentina era más posible de lo que parecía y hoy es un hecho. La actriz y productora de cine australiana Margot Robbie se encuentra en el país sudamericano para vivir una experiencia turística al mejor estilo “Barbie Patagónica”. Su presencia en el sur argentino y todo lo que gira en torno a su estadía es algo que, curiosamente, enseña bastante sobre nuevas tendencias en el mundo de los viajes.
En agosto de 2023, en pleno furor por el lanzamiento de la película auspiciada por Mattel, la app de Inteligencia Artificial ‘Barbie Selfie’ aparecía prácticamente responsable de un uso estratégico por parte de destinos turísticos que jugaban a recrear diferentes Barbies con su identidad local bien marcada en pos de subirse también a la conversación del momento. Argentina fue uno de los países que aplicó esta iniciativa para compartir en redes sociales y lograr la interacción de muchos usuarios que tenían, por aquel entonces, a la película como uno de sus temas de agenda.
Hoy, esa escena recreada a partir de fotos y una app es real y tangible. Si bien por el momento han salido pocos registros visuales de la visita de Robbie en Argentina, solo algunos de ella arribando al Aeropuerto Internacional General Enrique Mosconi de Comodoro Rivadavia, el revuelo -que originó a la posterior confirmación del evento extraordinario- ha sido causado también a partir de la difusión entre vecinos de la zona de Rada Tilly, donde la actriz ha sido observada paseando.
Que Margot Robbie estuviera en Argentina no es algo que resulte insólito, aunque sí quizás inesperado tratándose de la misma persona que el pasado domingo 10 de marzo se encontraba en Los Ángeles asistiendo a la 96.ª edición de los Premios Óscar. El destino elegido tampoco es sorpresivo: la Patagonia argentina tiene una fama extraordinaria en cuanto a lugares del mundo para conocer al menos una vez en la vida y es uno de los rincones que más cautiva a turistas extranjeros. Siendo sinceros, hasta aquí, no hay nada fuera de la regla.
El factor sorpresa sí aparece ante la locación en la que ha sido identificada. De la región patagónica se desprenden grandes atractivos turísticos que los argentinos bien reconocemos como hitos naturales: la ciudad de Bariloche, siendo la oportunamente bautizada “Suiza de Sudamérica”; el majestuoso Glaciar Perito Moreno en El Calafate; el Cerro Fitz Roy con unas vistas imponentes desde El Chaltén; o Ushuaia con su fama de “fin del mundo”, son algunos de los destinos que bien han sabido destacarse en rankings internacionales por lo que se esperaría que fueran estos sitios, o sus cercanías, donde la estrella internacional durmiera.
Sin embargo, para el asombro de muchos e incluida la prensa local, Margot Robbie, quien se encuentra también junto a su esposo Tom Ackerley y una pareja de amigos, pasará su descanso en tierras prácticamente remotas del oeste de la provincia de Chubut, precisamente en una isla conocida como “La Soplada” y ubicada en el corazón del Lago La Plata.
¿Qué es lo que tiene este lugar que en las últimas horas ha logrado salir un poco del anonimato para acaparar todas las miradas de la prensa argentina? Además de una ubicación privilegiada con un entorno natural que permite vivir la esencia patagónica en su máxima expresión, este refugio es sinónimo de exclusividad y sofisticación desde la primera hora.
“La Soplada” es nada más y nada menos que el lugar elegido por el chef argentino Francis Mallman para compartir, en esporádicas ocasiones durante el año, sus conocimientos culinarios junto a pequeños grupos de turistas. En esta oportunidad, ha sido el turno de la destacada actriz quien, una vez en Argentina, abordó un vuelo chárter hasta el aeródromo de Alto Río Senguer y, desde allí, embarcó luego en una navegación con dirección por el Lago La Plata.
La cabaña en donde sucede la “magia” ha sido construida en materiales de madera y chapa, con una decoración rústica en su interior: cuenta con seis habitaciones con vista al Lago La Plata y al Cerro El Gorro, estanterías repletas de libros, una chimenea en donde se escucha la leña crepitante. Un aspecto no menor que complementa a la experiencia patagónica es que el lugar se encuentra totalmente desconectado de la señal y el Wi-Fi.
El componente Mallman en la ecuación resulta por sí mismo insuperable pero, sin dudas, es también la complejidad para llegar hacia el destino final lo que convierte a la propuesta turística en una experiencia aún más exclusiva. Con todo estos condimentos, una estadía de una semana en este refugio patagónico cuesta unos USD 14.000 por persona.
Por su singularidad y su reconocimiento internacional gracias a haber hecho carrera en el viejo continente, el cocinero, quien desde los años 90 empezó a potenciar su nombre para asociarse a nuevos emprendimientos con la marca Mallmann, ha sabido destacar la propuesta de su servicio a tal punto de que para lo que él ofrece no resultaría justo admitir calificaciones tales como “no es lujo” o que lo que hace resulta “caro”.
¿Cuál es el plus, ese valor diferencial que emerge de lleno para mostrarnos el turismo que se viene? Justamente que a las personas que se hospedan en su cabaña no les importa cuánto han pagado, si no poder rendirse ante la exclusividad de que Francis Mallmann les preparó la cena durante una semana.
“Es un fenómeno, eso es vender exclusividad. Podés ir a Arakur por 1/4 de eso, pero eso lo puede reservar cualquier gil por Booking”, comentaba un usuario en X ante el eco que el tema generó en medios y redes sociales. Ciertamente, y aunque para nada coincidimos con la aparente descalificación o menosprecio manifiesto, la persona que expresa tal comparación tiene un punto.
En un contexto en donde pareciera que nos regodeamos cada vez más de ser parte de unos pocos que pueden vivir algo tan espectacular y endiosamos nuestra vida a través de una pantalla, la exclusividad hace la diferencia.
Tener algo que no cualquiera puede -o incluso ni siquiera aspira- es lo que posiciona el valor de un producto o una experiencia por encima de su precio. Escribo esto y automáticamente viene a mi mente el ejemplo de la marca de cerveza española Cerveza El Águila, que durante el primer sábado de febrero de este año montó una tienda pop-up en el centro de Madrid con un objetivo claro y concreto: vender 22 cajas sorpresa por un valor de 250 € a las primeras 22 personas que se acerquen al establecimiento.
Lo que a simple vista se veía como una sobrevaluación extraordinaria de una caja de cervezas a fines de promocionar la edición especial «El Águila 474», en realidad apuntaba a una experiencia más prometedora, ya que cada caja llevaba dentro un destino para un viaje sorpresa con tickets, hotel y todos los servicios correspondientes incluidos. Desde luego, la iniciativa fue un éxito no solo porque el costo final del producto bien parecía una ganga, si no también por la poca chance de acceder a ellas y convertirse en un verdadero “privilegiado”.
Volviendo a Argentina, el hotel Arakur Ushuaia Resort & Spa, situado dentro de la Reserva Natural Cerro Alarkén en Ushuaia, es uno de los hoteles 5 estrellas mejor calificados en el país y de los más reconocidos por el turismo internacional por su propuesta de lujo y sofisticación. Aún así, ciertamente la posibilidad de llegar a este hospedaje es accesible a todos por su mera presencia en metabuscadores y diferentes plataformas de reservas de alojamiento.
Tanto Arakur como el Llao Llao Hotel & Resort -que se luce en la ciudad de Bariloche y también se consagra como uno de los hoteles más exclusivos de la Patagonia argentina- son nombres que circulan en el imaginario colectivo como sinónimo de clase y pertenencia. En ambos casos, si bien los altos costos de las tarifas resultan un factor excluyente -rondando entre los AR $160.000 y $220.000 la noche por persona- para la gran mayoría del turismo en la zona, a decir verdad es algo que se percibe más inviable de lo que en realidad parece. A diferencia de “La Soplada”, que hasta hace dos días muy pocos expertos en turismo conocían de su existencia.
Según el sitio de turismo Plan South America, agencia que comercializa la experiencia, hay cupos disponibles para abril de 2024 y el costo parte desde 14.000 dólares por persona para grupos de 8 huéspedes, por una estadía completa de siete días y seis noches. La experiencia incluye cinco clases de cocina salvaje, transporte privado hacia y desde la isla desde Comodoro Rivadavia y toda la comida y actividades, incluido un guía de montaña.
