Adiós a los grupos: Venecia se impone nuevamente ante el turismo de masas

Venecia, la ciudad de los canales y las góndolas, está liderando el cambio en la forma en la que desean recibir turistas: a partir de este mes, el destino ha decidido limitar el tamaño de los grupos turísticos a un máximo de 25 personas y prohibir los altavoces en áreas centrales y en las islas de Burano, Murano y Torcello. Además, para aquellos que quieran hacer una visita exprés, ahora tendrán que pagar una tarifa de 5 euros.

Sebastiano Costalonga, concejal de comercio de Venecia, lo explica de manera clara: “Queremos reglas que respeten la fragilidad de Venecia y la convivencia con sus residentes”.

¿Por qué tanta firmeza? Entre otras cosas, el turismo sin control ha hecho que la población de Venecia se reduzca dramáticamente. De ser una ciudad con 250,000 habitantes, ahora recibe a más de 13 millones de turistas al año, una cifra descomunal que amenaza su infraestructura y ecosistema. No es solo una cuestión de números; es una lucha por preservar la esencia de una ciudad que se hunde, literalmente, bajo el peso del turismo.

Esta situación no es nueva. En 2021, Venecia ya había dado un paso audaz al prohibir la entrada de cruceros, protegiendo sus delicados canales de mayores daños. Incluso la UNESCO ha lanzado la voz de alarma, sugiriendo incluir a Venecia en su lista de sitios en peligro debido al impacto del turismo.

Pero, ¿qué más puede hacer Venecia? Además de las medidas actuales, están considerando lanzar un cuestionario online para educar a los turistas sobre la importancia de respetar la ciudad y sus normas. La idea es que todos los visitantes se conviertan en embajadores de Venecia, apreciando y cuidando su extraordinario patrimonio cultural y arquitectónico.

Otras ciudades europeas están observando atentamente. Desde Praga, que podría prohibir los “disfraces tontos” para frenar las fiestas descontroladas, hasta Ámsterdam, que ha lanzado campañas como “manténgase alejado” y “renueva tu vista” para cambiar la percepción de los turistas. Gante y Galway también han implementado reglamentaciones similares debido a las quejas de sus residentes sobre la vida nocturna ruidosa.

En definitiva, Venecia y otras joyas europeas están enviando un mensaje claro: ¡es hora de viajar con conciencia y respeto! La próxima vez que planees una escapada, recuerda que cada paso cuenta para conservar estos tesoros históricos.

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