En una prueba de un restaurante en la ciudad de Arnhem, McDonald’s ha estado examinando formas de mantener la distancia social cuando se relajen los confinamientos para contener la propagación del coronavirus.
“Hemos intentado resolver cómo mantener a nuestros clientes y empleados seguros, a la vez que conservamos una atmósfera de restaurante”, dijo a Reuters la portavoz de McDonald’s Países Bajos, Eunice Koekkoek. “Estos son cambios drásticos, pero esperamos hacerlos de una forma en que los clientes no los noten demasiado”, agregó.
Restaurantes, bares y otros espacios públicos han permanecido cerrados desde el 15 de marzo en los Países Bajos, que hasta el viernes tenían 39.791 casos confirmados de coronavirus con 4.893 muertes
a decisión sobre si se reabrirán restaurantes y bares se conocería cerca del 12 de mayo, pero el primer ministro Mark Rutte ha descartado que las cosas vuelvan a la normalidad.
Si reabren, deberán mantener a los clientes y al personal al menos a 1,5 metros de distancia para evitar una nueva ola de infecciones.
McDonald’s dice que podría iniciar el servicio a las mesas, llevando las hamburguesas y papas fritas a sus clientes en carritos de comida desde donde retirarían sus órdenes.
Otra nueva característica incluiría estaciones de lavado de mano en la entrada y a un miembro del personal protegido por una pantalla de plástico que mostraría a los clientes su lugar en la fila.
Muchos dueños de restaurantes en Países Bajos temen que el distanciamiento social simplemente los saque del negocio. McDonald’s, sin embargo, espera que su nuevo formato funcione en 180 restaurantes de las 252 franquicias en el país.
“En promedio, esto nos permitirá atender a cerca de un 66% de nuestros números normales de clientes”, dijo Koekkoek. “Nosotros no esperamos que se autoricen las reaperturas antes de junio. Pero incluso entonces, avanzaremos gradualmente. Reajustar 180 restaurantes es mucho pedir”.