El Gobierno de Sudáfrica confirmó el pasado jueves 23 de junio la eliminación de las últimas medidas de lucha contra la pandemia de Covid-19 que permanecían en pie desde hace al menos unos 26 meses. Las cifras oficiales sitúan los contagios totales en el país en casi 4 millones, con algo más de 100.000 fallecidos, y ello coloca a Sudáfrica como la nación de África más golpeada por la pandemia.
El cambio de políticas fue publicado durante la noche del miércoles en el boletín oficial sudafricano y detallado el jueves por el ministro de Salud, Joe Phaahla, tras varios días de especulaciones en el país.
De esta manera, Sudáfrica marca una entrada a la era post coronavirus de una forma muy especial: después de más de dos años, elimina pruebas y vacunación para la entrada de viajeros en el país, elimina la obligatoriedad de usar mascarillas en interiores y cancela las limitaciones a reuniones, eventos y conferencias.
La decisión de levantar las pocas restricciones sanitarias que aún quedaban en pie -el resto se habían eliminado a finales de marzo- se tomó tras observar las suaves consecuencias que la última ola de infecciones produjo en el país (entre abril pasado y junio). “La covid-19 no se ha ido, está aún entre nosotros, pero somos más fuertes que antes, especialmente con la vacunación”, puntualizó el ministro al respecto.
Además de eliminar la obligatoriedad de usar mascarillas en interiores y los requisitos sanitarios de entrada en el país, el levantamiento de las restricciones incluye también las últimas medidas de limitación de aforos. Se trata de una decisión bastante radical a lo que venía siendo la contingencia de la situación sanitaria en el país. Cabe destacar que, pese al optimismo respecto a la evolución de la pandemia en el mundo, Sudáfrica tiene tan solo a un tercio de su población vacunada.
Sin embargo, se cree que los niveles la protección por infección previa entre la población del país son altos, de acuerdo a los estudios de presencia de anticuerpos, con un gran volumen de casos no registrados.