Australia comenzó a recuperarse de los devastadores incendios forestales de verano hace solo un mes, dejando atrás un paisaje que llevó a The New York Times a proclamar “El fin de Australia tal como lo conocemos”. Muchos pasaron el caluroso verano adentro, sin poder salir debido al humo peligroso que llenaba los distritos comerciales centrales y las ciudades del campo. Los valientes bomberos combatieron las llamas tratando de proteger los hogares en lugar de disfrutar la Navidad con sus familias. Cuando finalmente llegó la lluvia, proporcionó un alivio muy necesario. Pero con la lluvia también llegaron inundaciones para algunas ciudades que no podían permitirse más mala suerte.
Si bien el mundo se unió para apoyar a los afectados por los incendios, muchos australianos se comprometieron a participar en la campaña “llene su espacio vacío”, que fue un concepto establecido para apoyar a las comunidades afectadas por el fuego. La idea detrás de la campaña era simple: vacaciones en el país y asegurarse de detenerse en los pueblos pequeños y apoyar a las empresas a lo largo del camino. Los lugareños informaron que los viajeros visitaron desde todas partes para apoyar y comprar a las empresas locales, pero el impulso turístico no ha durado mucho con la propagación de COVID-19.
A pesar de que la prevención de la propagación del virus es una prioridad, para muchas comunidades en Australia, las precauciones y medidas para autoaislarse, practicar el distanciamiento social y las prohibiciones de viaje han llegado en un momento en que estas comunidades dependen del turismo nacional e internacional para volver a ponerse de pie.
Las vacaciones escolares de Pascua generalmente traen una afluencia bienvenida de los asistentes a las ciudades costeras. Las familias están ansiosas por aprovechar el clima cálido de las playas antes de que el otoño se convierta rápidamente en invierno. Sin un plan a corto o largo plazo anunciado por el gobierno australiano sobre cómo contendrá la propagación del virus o proporcionará ayuda financiera, Australia, como tantos otros países, está estancada.
Australia anunció fronteras cerradas a partir del 20 de marzo de 2020 a cualquier persona que no sea ciudadano o residente australiano. La gran mayoría de la población se aísla a sí misma o trabaja desde casa. Los australianos son un grupo resistente, y cuando la nación atraviesa una crisis, saca lo mejor de ellos. Sin embargo, estos pueblos y comunidades necesitarán la ayuda de todos para volver a ponerse en pie una vez que salgamos de la pandemia de COVID-19.
Si bien las restricciones se vuelven más estrictas cada día, se recomienda que quienes estén en una posición financiera para ayudar a las pequeñas y medianas empresas lo hagan ahora. La compra de tarjetas de regalo para restaurantes y cafeterías que se pueden canjear en una fecha posterior contribuye al flujo de efectivo, así como la donación de tarjetas de regalo que se distribuirán a las regiones que más lo necesitan después de los incendios forestales. Otra solución útil es precomprar alojamiento en el futuro para pequeños hoteles y bed and breakfast.
Cuando los asesores de salud recomiendan que sea seguro viajar, vale la pena considerar un viaje a las áreas afectadas. A pesar del daño causado por los incendios forestales, todavía encontrarás algunas de las costas y paisajes más fascinantes del mundo. Road Trip For Good es un excelente mapa interactivo para ayudarlo a planificar un viaje por carretera a través de áreas afectadas por incendios forestales. Es nuestra oportunidad como comunidad global para mostrar nuestro apoyo a Australia después de dos grandes golpes consecutivos, y ayudar a estas áreas a recuperarse.
