La Asamblea Legislativa de San Petersburgo aprobó el pasado miércoles 27 de noviembre una nueva ley sobre impuestos al turismo que establece la imposición a partir del próximo 1 de enero de 2025 de un tributo a los centros turísticos y empresas del sector en lugar de los clientes. Sin dudas, una flamante iniciativa que causa sorpresa y quizás algo de incertidumbre tratándose de la segunda ciudad más grande de la Federación Rusa y una de las más grandes de Europa.
El Código Tributario ruso aprobó en julio pasado el impuesto turístico, cuya aplicación correrá a cargo de las autoridades locales de las regiones rusas. “La Asamblea aprobó la ley sobre el impuesto turístico. En correspondencia con las nuevas normas del Código Tributario de Rusia”, señaló esta semana el Parlamento de la ciudad en la red Telegram.
La Asamblea Legislativa de San Petersburgo puntualizó que este tributo gravará a las empresas y empresarios individuales que ofrecen servicios y hospedaje a los turistas y sustituye la “tasa de turista” que pagan los visitantes de la ciudad.
“Está previsto vincular estrictamente el monto de los tributos al coste de hospedaje, pero la tasa diaria no puede ser inferior a los 100 rublos (alrededor de un dólar) establecidos a nivel federal”, añadió el Parlamento.
En septiembre pasado el vicegobernador de San Petersburgo, Alexéi Korabélnikov, estimó que la imposición de este cargo aportaría en 2025 alrededor de 1.000 millones de rublos (alrededor de 10 millones de dólares) al erario público.
En los últimos días las autoridades de las regiones rusas de Chuvashia, Nizhni Nóvgorod, Vladímir, Perm y Tula anunciaron la aplicación de este nuevo impuesto. Aunque las autoridades locales fijan diversas tasas a este tributo, muchas regiones han optado por comenzar con una tasa del 1 % de la base tributaria en 2025 y alcanzar el 5 % en 2029.