La cuarentena que obliga a los hoteleros y otros establecimientos de alquiler temporario a cerrar sus puertas hasta, en principio el 31 de marzo, pero que seguramente se extenderá por una o dos semanas más, ya comenzó a mostrar las primeras consecuencias económicas de la situación: empleados suspendidos, edificios totalmente vacíos y un sector en crisis.
” El impacto del coronavirus es muy grande y conflictivo para el trabajo de la gastronomía pero, sobre todo, de la hotelería . Ya se habían cancelado casi la totalidad de las estadías que había. Con el cierre de las fronteras, no había reservas de extranjeros prácticamente en los hoteles y el turismo nacional fue cayendo de a poco . La situación en todo el país es gravísima”
dice Graciela Fresno, presidenta de la Federación de Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina.
FEHGRA nuclea a establecimietos en siete filiales en todo el país y cuenta con más de 50 mil establecimientos asociados al turismo -15 mil son hoteles- que dan trabajo a más de 500 mil personas.
“Lo peor de esta situación dramática es que no sabés hasta cuándo vas a tener el hotel vacío . Si me dijeras que es sólo hasta el 31, podemos aguantar pero no lo sabemos. El Gobierno dice que el pico del coronavirus se va a dar en abril o mayo. Uno puede sostener la situación un tiempo pero no de manera definitiva . Si no hay medidas importantes del Gobierno nacional y los provinciales para asistir la hotelería, va a ser imposible que muchos no se caigan”
agregó Fresno.
Las pérdidas en el sector ya parecen incalculables no sólo para la Ciudad de Buenos Aires , que recibe anualmente cerca de 10 millones de visitantes, sino también para el resto de los centros turísticos del país.
El Hotel Saint George de Puerto Iguazú comenzó a sufrir el impacto unos días antes que se decretara el cierre general. Hace 10 días la ocupación del establecimiento no superaba el 10%, siendo que en esta época del año las reservas promedian el 80%.
“Somos el sector más golpeado y lo más grave es el derrame que provoca. Hoy no queda nadie”
cuenta Yamila Chemes, gerenta del hotel.
Para darse una idea de la magnitud de las pérdidas, en esta época el Parque Nacional Iguazú suele recibir alrededor de 5 mil visitantes diarios, que obviamente no están, ni en el parque, ni en los hoteles, ni en los restaurantes.
” Dimos vacaciones pagas a nuestros empleados para que puedan estar con sus familias. Nunca, en nuestros 45 años, vivimos algo así. No sé cómo vamos a salir de esta”
agrega Chemes.
Por su parte, Roberto Amengual, presidente de Hoteles Amérian, afirmó que el impacto en todo el país es “directo” y estimó que la ocupación -antes de la cuarentena obligatoria- había caído “a menos del 5%” a nivel nacional.
“Estábamos recibiendo muy poco turismo nacional, que indudablemente se veía afectado también por esta crisis”.
La crisis no sólo está afectando a las grandes, sino también a los hoteles boutique con un segmento más exclusivo. Tal es el caso de Océano Patagonia, un establecimiento que está en Puerto Pirámides, en Chubut.
Según Marcelo Battilana, uno de los propietarios del complejo, tener cerrado es devastador.
“Esta época suele ser una de las más fuertes para nosotros porque es temporada de orcas y suelen venir personas de todo el mundo. Entendemos que todos debemos colaborar a fin de terminar con la pandemia pero el impacto económico que tiene cancelar reservas y cerrar el hotel es drástico para pequeños establecimientos familiares hoteleros como el nuestro”